Fuente: UNED
La ceremonia arrancó con el discurso de Ángel de Juanas Oliva, director de la EIDUNED, quien subrayó el significado de alcanzar el máximo grado académico y el papel de los doctores como agentes de cambio social. La jornada también recordó el legado de Hipatia de Alejandría, patrona de la Escuela, símbolo de curiosidad, rigor intelectual y compromiso con el bien común.
La catedrática de Psicología Rosario Ortega Ruiz ofreció la conferencia central, titulada “Ecología y transversalidad de la investigación educativa”. En su intervención, Ortega defendió una visión holística de la educación como un sistema interconectado, influido por el entorno social, las relaciones humanas y la cultura. Asimismo, abogó por la necesidad de transversalidad en los procesos de investigación educativa.
Reconocimientos y homenaje
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la entrega de la Medalla de la Escuela a José María Arribas Macho, coordinador del Programa de Doctorado en Sociología, y a Francisco Ortiz Blázquez, jefe de la Sección de Gestión de Doctorado, en reconocimiento a su trayectoria académica y administrativa.
Durante el acto, los nuevos doctores prestaron juramento solemne, comprometiéndose a «actuar siempre con el máximo esfuerzo, fe y honestidad en beneficio de los discípulos y a defender el honor de la Universidad». Tras la promesa, se celebró la tradicional imposición de birretes, en reconocimiento a su dedicación y contribución al avance del conocimiento.
En su discurso de clausura, el rector de la UNED, Ricardo Mairal, destacó la importancia de la ciencia como respuesta a los retos contemporáneos y reivindicó el papel de las humanidades en el siglo XXI. «La investigación y la ciencia avanzan de manera incansable, ampliando nuestras fronteras del conocimiento. La universidad debe seguir siendo la guardiana y promotora de este saber esencial», afirmó.
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